"Invitadas". La mujer, el arte y la nueva normalidad. Reflexión.

El Museo Nacional del Prado nos brinda una de sus exposiciones más alabadas, la cual explora "el papel de la mujer en la sociedad a través de las artes visuales". Sin embargo, ¿cuántos podremos contemplarla?

El Museo del Prado inaugura su primera exposición tras su reapertura

"Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833 - 1931)" se ha convertido en la primera exposición que ha visto luz en el Prado tras la irrupción de la pandemia. La temática de la misma se centra en aquellas mujeres que casi parecieran invitadas en el lienzo, un claro reflejo de la misoginia imperante a lo largo de nuestra sociedad más reciente. También podremos contemplar la obra de pintoras que, siendo víctimas de dicha aversión, pasaron desapercibidas para los catálogos de nuestros museos. El responsable de haber traído este excelente cóctel de obras ha sido el comisario Carlos G. Navarro, quien ha recibido grandes alabanzas por su trabajo.

«El siglo XIX se ocupó de delimitar con precisión el sitio que dejaba a las mujeres. Si el modelo social del Nuevo Régimen había permitido a los hombres pasar de súbditos a ciudadanos, a ellas las situó, idealmente, en el ámbito de lo doméstico, supeditadas a los hombres de la casa y despojadas de la mayoría de los derechos de que disfrutaban ellos». 

Carlos G. Navarro

En contraposición con las opiniones más positivas, el museo ha recibido por igual una dura crítica contra su catálogo. La raíz nace a través de una pregunta que muchos nos hacemos: ¿cómo tales obras han podido permanecer a la sombra, escondidas entre el polvo de sus depósitos? La opinión popular queda reflejada en los titulares de multitud de periódicos nacionales. Entre ellos, La Vanguardia expuso: "El Prado pone al desnudo su historial de desprecio a las mujeres en el arte", o El Confidencial, que señala: "El Museo del Prado devuelve a las mujeres su espacio en el mundo del arte". 

De cualquier manera, la propia exposición se convierte en una autocrítica del propio museo en cuanto a la manera que han tenido las pinacotecas (y por ende, la sociedad correspondiente) de valorar el papel de la mujer. Sin lugar a dudas, Invitadas ha sido la primera piedra que abre camino hacia un nuevo cambio de perspectiva y con mucho trabajo por hacer.

La situación actual, el mayor obstáculo de las exposiciones

Como todos sabemos, Invitadas es una exposición de gran relevancia; no sólo por dotar a la mujer de la importancia que debiera haber tenido siempre, sino por el hecho de ser la primera gran exposición tras la reapertura del reconocido museo. Ahora bien, ¿cuántos de nosotros podremos permitirnos verla? He aquí un servidor que, por el momento, no podrá hacerlo; y no seremos pocos, pues la situación actual en la capital nacional siembra dudas y desconcierto. En el caso de esta exposición, sus puertas estarás abiertas hasta mediados de marzo. ¿Quién sabe cómo se desenvolverá el mundo por entonces?

Si interesara la humilde opinión de un optimista, seguro que mucho mejor. De cualquier manera, tan sólo el tiempo podrá afirmarlo. Por el momento, habrá que estar atentos a las redes sociales, como puede ser Instagram, donde el Prado nos ha ido regalando continuas visitas virtuales durante las últimas fechas. Si la situación no presenta mejorías, tal vez sería conveniente continuar barajando este tipo de alternativas virtuales. Mientras tanto, podemos obtener el Catálogo de la Exposición la tienda oficial del Museo.

Para concluir, por si alguna lectora o lector no pudo verlo en su momento, me gustaría cerrar el artículo dejando por aquí nuestra charla con Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte en el Museo Nacional del Prado. Esta charla la llevamos a cabo durante el confinamiento, por lo que discutimos acerca del futuro de las exposiciones, los museos y, en definitiva, hacia dónde camina el arte.

Todas las imágenes utilizadas en este artículo han sido descargadas de manera legal en la Web oficial del Museo Nacional del Prado.

Escrito por: Iván Trujillano Sánchez