Poema del día: "La cárcel del miedo", de Renato Ríos - Prosa Poética

Se gesta ya acostumbrado en el sólido cielo gris, el campo nacido de los espejos concibe senderos que nunca han de existir, trata de recorrer con pies diminutos los hilos, hebras con cuchillas, hemorragia inevitable nacida de los caminos. ¿Estás en el promedio de los números?, eso nunca ha importado, ¿de qué sirve compartir el escorbuto si la sonrisa límpida se ha mermado?, buscar el punto que asesine los gritos excedentes, encontrar en el fondo del mar las vísceras de aquel resto perenne. Es encerrar en la cárcel una tormenta, encontrar manos azules que finjan algo de pena, prolongar lo que muere antes que la estrella, lo fugaz es lo que rige, no el pálpito que destruye la entereza. Lo que bombea calla, una espada lo puede atravesar, el agua y sus ansias son asfixiadas en la oscuridad, es cuestión de parpadeos, quien grite el "felices para siempre" lo comprenderá con bostezos. Un problema no resulta ser la piedra llevada por el río, sino el pozo callado que solo emite quejidos, a ser un dedo solitario en la mano no hemos aprendido, lo único que importa es el calor del invierno longincuo. En moldear la arcilla debemos ser expertos, quemar el bosque nacido en segundos, colocar semillas en el desierto y volver fértil el terreno nauseabundo. A perforar la tabla con el dardo debemos aspirar, bailar cual ola, tener orgasmos en la oscuridad, introducir en aquella tozuda máquina que todo fluye con el viento, entender que a la inercia cortarle pueden el cuello, pero no por ello hacer un funeral, solo el reflejo de la piel dibujar y borrar.

Renato Ríos