El verdadero enemigo de la cultura. Crítica.

02.01.2023

El gestor cultural Iván Trujillano señala el principal problema del sector cultural, así como la relevancia del mismo en nuestra sociedad.

A la izquierda, Iván Trujillano, en el Palacio de Carlos V de La Alhambra.

Imaginad tener que enumerar, en una sola lista, los principales problemas de la cultura, dentro del marco nacional español; falta de fondos, desinterés político, inconsciencia patrimonial, insolidaridad o ausencia de culto al cine y la lectura, entre otros.

Indudablemente, no son pocos los obstáculos que impiden un óptimo desarrollo del sector cultural. Sin embargo, no es este el cauce principal de este artículo; de hecho, no es sino una voz interior manifiesta, la cual apunta indiscriminadamente con el dedo a un principal culpable, la que lleva la voz cantante del mismo.

De cualquier manera, resulta imprescindible repasar una premisa antes de sumergirnos en el meollo de este asunto. Existe una pregunta imborrable, la cual está presente permanentemente en nuestras vidas, y que no parece tener una respuesta clarividente. La cuestión es: ¿Es verdaderamente importante la cultura? Y en caso afirmativo, ¿por qué?

Este es un debate que, si bien ya prometía desde el Siglo de las Luces, continúa librando sus batallas en Twitter. Eternas confrontaciones entre historiadores e ingenieros, filósofos y arquitectos o abogados y poetas. En principio, la disputa entre lo intelectual y lo funcional no parece crear muchas dudas, aunque resulta un poco estúpido tener que separar ambos términos.

Pero si nos obligamos a llevar a cabo esta disección, aunque sea en pos de analizar dicha autopsia, podemos encontrar manifiestos como el de Nuccio Ordine en La utilidad de lo inútil, donde deja de lado el concepto utilitarista y nos habla de pérdida del sentido de la vida, de colectividad enferma y de la deshumanización.

Esto se refuerza, de manera más sintetizada, en las palabras del prestigioso actor Ethan Hawke, quien habló recientemente sobre la relevancia que tiene la creatividad humana en nuestra sociedad. "La creatividad humana es la naturaleza manifestándose en nuestra humanidad", declara el actor, además de subrayar que el ser humano no encuentra importancia alguna en la poesía hasta que no sufre sentimientos negativos, o bien muy positivos (desamor, pérdida de un familiar, enamoramiento... etc).

Dicho esto, podemos entender la cultura como uno de los pilares fundamentales que conforman nuestra humanidad y nuestra propia consciencia. Hagamos, por un momento, el ejercicio de imaginar un mundo sin cine, ni teatros, museos, libros o sin música. Para ser precisos, nos encontraríamos ante un dibujo representado por el mismísimo Bradbury en Farenheit 451.

Así pues, partiendo de esta concepción cultural, y conociendo un esbozo de los problemas que sufre nuestro sector, ¿quién es el susodicho enemigo público que ha sido anunciado? ¿Cuál es el principal señalado? El verdadero enemigo de la cultura somos nosotros. Pero nosotros, ¿quién?

Tanto quienes amamos la cultura como quienes trabajamos en ella. ¿En qué momento hemos permitido que se popularice la expresión "el cine español es malo"? ¿Por qué gastamos tanto dinero en cosas superficiales, y nos cuesta tanto invertir cinco euros en el poemario de un amigo, las láminas de una compañera o en las bellas artesanías populares? ¿Por qué ansiamos ser siempre leídos pero no leemos nada? ¿Cómo pedir apoyo en redes sociales si después nos quema el dedo para compartir una publicación?


El gestor cultural Iván Trujillano junto a Jesús Jiménez Mariscal, durante el rodaje de 'Los últimos barristas'.

Así es, compañeros y compañeras; somos nosotros, quienes formamos parte del tejido cultural, los verdaderos cómplices de la constante ineficiencia en nuestro sector. En una sociedad capitalista y cuyos dos actores principales son la demanda y el mercado, todo es posible. ¿Cómo, si no, ha conseguido una comunidad de videojugadores y creadores de contenido reventar su propio mercado?

Sí, es cierto que estamos solos, desamparados; casi abandonados a correr nuestra propia suerte. Pero no podemos permitir que esto sirva de excusa y quedar impasibles ante el hundimiento. Si algo hemos de aprender es que la subsistencia del sector cultural depende de la economía del bien común. Invirtamos, pues, en nuestro propio mercado. Apoyemos gratuitamente, pulsando un único botón, a la divulgación cultural. Apostemos por nuestro propio cine. Confiemos en nuestros propios artesanos.


El verdadero enemigo de la cultura somos nosotros.


No siempre habrá tendida una mano para ayudarnos, mas no debemos esperar apoyo alguno para levantarnos. Está en nuestra voluntad revertir la situación y comenzar a reconstruir este sector. Cabe recordar una frase que el autor G. Michael Hopf incluyó en uno de sus libros: "Los tiempos difíciles crean personas fuertes, las personas fuertes crean tiempos fáciles, los tiempos fáciles crean personas débiles y las personas débiles crean tiempos difíciles".

¿Será que somos responsables de restablecer el círculo de la vida de Hopf? 


Iván Trujillano